LEONARDO VICUÑA IZQUIERDO
Buenas noticias han sido las
de los resultados electorales de Brasil, Bolivia y Uruguay.
En efecto, se afianza en el
poder el PT de Lula y Dilma e inicia el
nuevo periodo hasta completar 16 años. Este gigante, miembro del poderoso
bloque mundial BRICS es fundamental. El
triunfo con más de 3.5 millones de votos, es importante dada la presión
ejercida por EE.UU y el poder mediático de ese país, que hasta el último
momento mintió, calumnió y chantajeó. Evo barrió y se consolidó un poder
popular con fuerte componente indígena y una visión de socialismo
indoamericano. Tabaré en Uruguay consolidará su victoria de un 17% y el Frente
Amplio terminará de aplastar a la partidocracia en Uruguay.
Por otro lado Maduro ha
resistido y el pueblo venezolano, junto a las FF.AA. bolivarianas, consolida su
poder, no obstante el acoso, especulación y boicot económico de la oligarquía
que cuenta con el apoyo yanqui. Antes, en Chile triunfó Bachelet, retomando el
poder de manos de la derecha; y en Argentina se le está ganando la pelea a los
capitalistas “buitres”, una vez más apoyados por los pulpos financieros
norteamericanos.
En El Salvador se afianza el
Frente Farabundo Martí con el liderazgo de otro ex comandante guerrillero.
Nicaragua trabaja por el
cambio y Cuba, país de soberanía y dignidad plenas, nuevamente da muestras
contundentes de su espíritu internacionalista y solidario con los pueblos del
mundo; en este caso, con algunos países de África, sometidos al sufrimiento de toda clase de dolencias.
Todo esto, no obstante la vigencia del
criminal bloqueo yanqui.
En nuestra Patria continúan
los esfuerzos para frenar la arremetida conservadora. Son importantes las
tareas de unidad en el Frente UNIDOS, que debe fortalecerse con amplitud
democrática; y el reconocimiento internacional a la Revolución Ciudadana. AP se
está reforzando y requiere el apoyo de todos sus adherentes.
América Latina está en pie de
lucha; se avanza superando grandes dificultades, ya que persiste la labor desestabilizadora de la derecha, con
descarado patrocinio internacional; a la que los pueblos están enfrentando con
éxito.
La oligarquía soberbia es
también rabiosa y militante; los “tontos útiles” de la izquierda pro derecha no
cesan en su labor obstruccionista. Persiste el cuento de los derechos humanos y
cada vez corren a Washington a arrodillarse y lloriquear en la CIDH; los dueños
de los medios y su SIP despotrican con el cuento de la falta de libertad de
expresión; no obstante, todos los días
hablan y publican lo que les da la gana y como les da la gana.
La famosa GAFI por su parte
aun nos tiene en la “lista negra”, porque supuestamente no hacemos lo que a
ellos les interesa para controlar operaciones mal habidas del negocio también
mal habido del tráfico de drogas, olvidándose que su poderosa banca, junto a
gobiernos alcahuetes, opera en base al inmenso mercado de consumo en EE. UU y
la UE, que tanto afecta a su juventud.
Con esta tendencia es cada
vez urgente acelerar la organización de la CELAC, nuestra organización de
Estados Americanos, sin Canadá ni EE.UU, los de la Patria Grande, para desde
allí incidir con más fuerza en la construcción de un mundo solidario, que deje
atrás la pesadilla capitalista neoliberal, de explotación
y oprobio, que concentra la riqueza salvajemente en pocos países y un reducido
sector de la población mundial, en perjuicio de miles de millones de seres
humanos marginados y condenados.
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