quarta-feira, 9 de julho de 2014

De la doble moneda y la doble moral



El deterioro de valores morales y cívicos que existe en la sociedad cubana actual es uno de los más importantes problemas a resolver en la construcción del socialismo en nuestro país. La doble moral con la que actúan no pocos ciudadanos es una de las manifestaciones más reiterativas de la pérdida de valores que afecta a nuestro proceso revolucionario. Son varias las causas que influyen en las manifestaciones de la doble moral, las cuales se pueden encontrar tanto en el mundo de lo subjetivo como de lo objetivo.
La falta de una avanzada formación política e ideológica constituye la primera causa que genera una actitud de doble comportamiento en los ciudadanos que actúan de esa forma. También influye una deficiente educación, débil patriotismo y la pobre cultura que muestran estos sujetos. A la superación de estos factores apunta el fortalecimiento de  la enseñanza general del país, la cohesión familiar y el entorno socio-político del individuo, incluyendo la utilización los medios masivos de comunicación y las técnicas informáticas.
Entre las causas objetivas que pueden conducir a la doble moral se destaca la existencia de la doble moneda. No se puede olvidar que el nivel de las fuerzas productivas y las relaciones que establecen los hombres en el proceso de producción, distribución, cambio y consumo de bienes y servicios en una sociedad dada, constituye la base económica sobre la cual se erige la superestructura de instituciones y concepciones filosóficas, morales, jurídicas y otras ideas sociales. Las deformaciones que ocurren en la base tienen su reflejo en la superestructura, la cual influye en la conducta práctica de los seres humanos. De ahí que la doble moneda -que es parte de la base económica-, puede generar la doble moral –que es parte de la superestructura-.
El ingreso monetario oficial que reciben los trabajadores por los puestos que ocupan, así como los jubilados, se realiza en Pesos Cubanos (CUP). Solo una parte, aunque creciente, de la masa laboral del país tiene, además, un ingreso en Pesos Convertibles (CUC), principalmente por estímulos a un mejor trabajo, propinas y labores en entidades no estatales. Por otra parte, la ciudadanía también accede al CUC mediante las remesas familiares desde el exterior.
Sin embargo, en el comercio minorista de bienes y servicios, la mejor oferta es en CUC, incluyendo artículos de primera necesidad, con precios relativamente elevados; mientras que en el mercado de CUP las mercancías son de menor calidad y, en parte, con precios bajos subsidiados por el Estado. Esta disparidad crea condiciones para que, quien reciba sus ingresos solamente en Pesos Cubanos, trate de conseguir Pesos Convertibles, bien trasladándose legalmente a una labor donde reciba el CUC, aunque el cargo que desempeñe sea de menor complejidad de acuerdo a su calificación, o, lamentablemente, mediante actividades ilegales ante las cuales adopta una doble moral.
La dirección de la Revolución trabaja para resolver esta situación. Al respecto, la voluntad política del Gobierno se refleja claramente en las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Clausura de la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en julio del 2013, al decir: “El fenómeno de la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación y, tal como señala el Lineamiento número 55, deberá avanzarse hacia la unificación, teniendo en cuenta la productividad del trabajo. El propio Lineamiento reconoce la complejidad de este propósito, que exigirá una rigurosa preparación y ejecución, tanto en el plano objetivo como subjetivo. Sobre el particular puedo comunicarles que han proseguido los estudios para la supresión de la dualidad monetaria de forma ordenada e integral, lo cual nos permitirá acometer transformaciones de mayor alcance y profundidad en materia de salarios y pensiones, precios y tarifas, subsidios y tributos.” La eliminación de la doble moneda requiere de un proceso muy complicado que tendrá importantes incidencias en todas las entidades económicas del país y en la población. En esta tarea no solamente se tendrán que encontrar soluciones técnicas en la economía y las finanzas, sino que hay que tener muy en cuenta que se debe lograr la unificación monetaria manteniendo la estabilidad socio-política, que es una de las principales características de nuestra Revolución.
En definitiva, lo que ocurre en la esfera financiera es un reflejo de la realidad productiva del país. La unificación de la doble moneda debe ser parte de un proceso integrado que incluya, entre otros objetivos, el incremento de la producción y de la productividad del trabajo.
El Gobierno cubano ha dado importantes pistas de cómo se realizará este proceso. En la Nota Informativa publicada en el periódico Granma el 22 de octubre del 2013 se precisan, entre otros, los puntos siguientes: el Cronograma aprobado de las medidas del proceso de unificación monetaria y cambiaria ya está en vigor; la unificación monetaria y cambiaria no resuelve por si sola los problemas actuales de la economía cubana; el signo monetario que quedará como moneda única en circulación será el Peso Cubano (CUP); uno de los objetivos del proceso de unificación consiste en garantizar el restablecimiento del valor del CUP y de sus funciones como dinero, es decir, de unidad de cuenta, medio de pago y de atesoramiento; en una primera etapa, los principales cambios se producirán en el sector de las personas jurídicas; ninguna medida que se adopte en el terreno monetario, será para perjudicar a las personas que lícitamente obtienen sus ingresos en CUC y CUP; se conservarán intactos los ahorros en los bancos cubanos en CUC, otras divisas internacionales y CUP; se continuará extendiendo la posibilidad de aceptar en las tiendas que venden en CUC, pagos en CUP con tarjetas magnéticas denominadas en esta moneda; en lugares seleccionados se podrán efectuar pagos en efectivo en CUP por el equivalente calculado a la tasa de cambio de CADECA de 25 CUP por 1 CUC.
En la primera etapa del proceso unificador se aplicarán las medidas solamente en las personas jurídicas. Aquí es conveniente hacer una abstracción metodológica y destacar que, a la hora de suprimir la doble circulación monetaria, hay dos aspectos diferentes a tomar en cuenta. Uno es la unificación de los signos monetarios como tal, o sea, la supresión del CUC manteniendo el CUP como única moneda en circulación.
El otro aspecto se refiere a la fijación de la tasa de cambio entre la moneda que quede en circulación (el CUP) y las divisas extranjeras. En el cálculo del tipo de cambio, generalmente se toma como pivote al dólar USA. También pudiera utilizarse el comportamiento de una canasta de varias divisas extranjeras para fijar el tipo de cambio del CUP.
La supresión del CUC en las personas jurídicas, dejando como única moneda nacional al CUP, es algo que pudiera aplicarse de manera expedita, sin modificar los tipos de cambio diferentes que hoy existen en las entidades económicas. Actualmente, en las personas jurídicas existen múltiples tipos de cambio, aunque el más común es el de 1CUC = 1CUP. Así el CUP resulta sobrevaluado, pues 1CUC = 1USD y por ende resulta que 1CUP = 1USD. En otros pocos casos se emplea 1CUC = 7CUP; y 1CUC = 10CUP.
Lo más complejo es determinar si después de eliminado el CUC se continúa con tipos de cambio múltiples o se fija uno solo para todas las unidades involucradas. En este último caso, habrán entidades beneficiadas y otras perjudicadas. Las beneficiadas serán las exportadoras, pues sus ingresos se verían incrementados, ya que reciben divisas extranjeras por sus productos exportados y, al aplicar el tipo de cambio para convertirlas en CUP, registran en su contabilidad un monto mayor en esta última moneda. Así, estas empresas verán incrementadas sus utilidades y su eficiencia, pudiendo incrementar también los salarios de sus trabajadores. Otro es el caso de las empresas no exportadoras, las cuales tienen que dedicar más CUP a sus compras en divisas extranjeras, lo que las haría menos eficientes o, incluso, registrar pérdidas.
En el primer caso, el Estado pudiera aumentarle los impuestos a las utilidades, para evitar una desmedida obtención de ganancias, generadas solamente por la aplicación de un tipo de cambio más favorable. En el caso de las empresas con  pérdidas, el Estado podría, temporalmente, inyectarle subsidios para compensar lo desfavorable que les resulta el nuevo tipo de cambio. En general, la devaluación de una moneda nacional tiende a estimular las exportaciones y a restringir las importaciones.
Una vez avanzado el proceso unificador en las personas jurídicas y recogidas sus experiencias, se abordarían las relaciones monetarias de la población. En la solución de la doble moneda sería deseable que al final del proceso existiera una sola tasa de cambio del CUP por la divisa extranjera, tanto en las entidades como en la población. Es muy importante que la tasa de cambio sea la más adecuada, para evitar el surgimiento de un mercado negro en divisas, lo cual sería muy perjudicial para la economía cubana en su conjunto y para la población, sobre todo la de menores ingresos.
Por otra parte, no hay que esperar a que la dualidad monetaria desaparezca para, entonces, actuar en forma transparente y erradicar la doble moral, la simulación o cualquier otra forma de engañar a nuestro entorno. La doble circulación monetaria no puede ser la excusa para realizar ilegalidades e inmoralidades.
Es previsible que, una vez eliminada la doble circulación monetaria y cambiaria, continúen las tendencias para perpetuar las ilegalidades y la doble moral, las cuales no dependen solo de la existencia de la doble moneda. Dichas tendencias deben ser combatidas enérgicamente en el terreno penal y administrativo. A la par, es imprescindible intensificar la formación política e ideológica de nuestro pueblo en correspondencia con los objetivos de la sociedad socialista próspera y sostenible en cuya construcción estamos empeñados.
En todo este proceso es muy importante comprender que la influencia de la base sobre la superestructura, abordadas más arriba, no se realiza en forma directa y en una sola dirección. Las relaciones entre la base y la superestructura de la sociedad han sido objeto de múltiples análisis y teorías. Lo que hay que destacar aquí es que la superestructura no juega un papel solo pasivo en esta relación, sino que, en determinados momentos de la historia y en condiciones concretas, puede tener un papel activo sobre la base. Este papel activo de la superestructura adquiere especial significación en el proceso de construcción del socialismo, régimen social que requiere del pueblo una conciencia social socialista. La pérdida de valores éticos y morales que se reconoce en la sociedad cubana de hoy, puede revertirse mediante la acción concertada de todos los factores económicos, financieros, políticos y sociales.

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