26 de junio de 2014
Por Fidel Vascós González
http://segundacita.blogspot.se/2014/06/de-la-doble-moneda-y-la-doble-moral
Por Fidel Vascós González
http://segundacita.blogspot.se/2014/06/de-la-doble-moneda-y-la-doble-moral
El deterioro de valores morales y cívicos que existe en la sociedad cubana actual
es uno de los más importantes problemas a resolver en la construcción del
socialismo en nuestro país. La doble moral con la que actúan no pocos ciudadanos
es una de las manifestaciones más reiterativas de la pérdida de valores que
afecta a nuestro proceso revolucionario. Son varias las causas que influyen en
las manifestaciones de la doble moral, las cuales se pueden encontrar tanto en
el mundo de lo subjetivo como de lo objetivo.
La falta de una avanzada formación política e ideológica constituye la primera
causa que genera una actitud de doble comportamiento en los ciudadanos que
actúan de esa forma. También influye una deficiente educación, débil
patriotismo y la pobre cultura que muestran estos sujetos. A la superación de
estos factores apunta el fortalecimiento de la enseñanza general del país, la cohesión
familiar y el entorno socio-político del individuo, incluyendo la utilización
los medios masivos de comunicación y las técnicas informáticas.
Entre las causas objetivas que pueden conducir a la doble moral se destaca la
existencia de la doble moneda. No se puede olvidar que el nivel de las fuerzas
productivas y las relaciones que establecen los hombres en el proceso de
producción, distribución, cambio y consumo de bienes y servicios en una
sociedad dada, constituye la base económica sobre la cual se erige la superestructura
de instituciones y concepciones filosóficas, morales, jurídicas y otras ideas
sociales. Las deformaciones que ocurren en la base tienen su reflejo en la
superestructura, la cual influye en la conducta práctica de los seres humanos.
De ahí que la doble moneda -que es parte de la base económica-, puede generar
la doble moral –que es parte de la superestructura-.
El ingreso monetario oficial que reciben los trabajadores por los puestos que
ocupan, así como los jubilados, se realiza en Pesos Cubanos (CUP). Solo una
parte, aunque creciente, de la masa laboral del país tiene, además, un ingreso
en Pesos Convertibles (CUC), principalmente por estímulos a un mejor trabajo,
propinas y labores en entidades no estatales. Por otra parte, la ciudadanía
también accede al CUC mediante las remesas familiares desde el exterior.
Sin embargo, en el comercio minorista de bienes y servicios, la mejor
oferta es en CUC, incluyendo artículos de primera necesidad, con precios relativamente
elevados; mientras que en el mercado de CUP las mercancías son de menor calidad
y, en parte, con precios bajos subsidiados por el Estado. Esta disparidad crea
condiciones para que, quien reciba sus ingresos solamente en Pesos Cubanos,
trate de conseguir Pesos Convertibles, bien trasladándose legalmente a una
labor donde reciba el CUC, aunque el cargo que desempeñe sea de menor
complejidad de acuerdo a su calificación, o, lamentablemente, mediante
actividades ilegales ante las cuales adopta una doble moral.
La dirección de la Revolución trabaja para resolver esta situación. Al respecto,
la voluntad política del Gobierno se refleja claramente en las palabras del
General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, en la Clausura de la sesión de la Asamblea Nacional del Poder
Popular en julio del 2013, al decir: “El fenómeno de la dualidad monetaria
constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación
y, tal como señala el Lineamiento número 55, deberá avanzarse hacia la
unificación, teniendo en cuenta la productividad del trabajo. El propio
Lineamiento reconoce la complejidad de este propósito, que exigirá una rigurosa
preparación y ejecución, tanto en el plano objetivo como subjetivo. Sobre el
particular puedo comunicarles que han proseguido los estudios para la supresión
de la dualidad monetaria de forma ordenada e integral, lo cual nos permitirá
acometer transformaciones de mayor alcance y profundidad en materia de salarios
y pensiones, precios y tarifas, subsidios y tributos.” La eliminación de la
doble moneda requiere de un proceso muy complicado que tendrá importantes
incidencias en todas las entidades económicas del país y en la población. En
esta tarea no solamente se tendrán que encontrar soluciones técnicas en la
economía y las finanzas, sino que hay que tener muy en cuenta que se debe
lograr la unificación monetaria manteniendo la estabilidad socio-política, que
es una de las principales características de nuestra Revolución.
En definitiva, lo que ocurre en la esfera financiera es un reflejo de la realidad
productiva del país. La unificación de la doble moneda debe ser parte de un
proceso integrado que incluya, entre otros objetivos, el incremento de la
producción y de la productividad del trabajo.
El Gobierno cubano ha dado importantes pistas de cómo se realizará este proceso.
En la Nota Informativa publicada en el periódico Granma el 22 de octubre del 2013
se precisan, entre otros, los puntos siguientes: el Cronograma aprobado de las
medidas del proceso de unificación monetaria y cambiaria ya está en vigor; la
unificación monetaria y cambiaria no resuelve por si sola los problemas
actuales de la economía cubana; el signo monetario que quedará como moneda
única en circulación será el Peso Cubano (CUP); uno de los objetivos del
proceso de unificación consiste en garantizar el restablecimiento del valor del
CUP y de sus funciones como dinero, es decir, de unidad de cuenta, medio de
pago y de atesoramiento; en una primera etapa, los principales cambios se
producirán en el sector de las personas jurídicas; ninguna medida que se adopte
en el terreno monetario, será para perjudicar a las personas que lícitamente
obtienen sus ingresos en CUC y CUP; se conservarán intactos los ahorros en los
bancos cubanos en CUC, otras divisas internacionales y CUP; se continuará
extendiendo la posibilidad de aceptar en las tiendas que venden en CUC, pagos
en CUP con tarjetas magnéticas denominadas en esta moneda; en lugares
seleccionados se podrán efectuar pagos en efectivo en CUP por el equivalente
calculado a la tasa de cambio de CADECA de 25 CUP por 1 CUC.
En la primera etapa del proceso unificador se aplicarán las medidas solamente
en las personas jurídicas. Aquí es conveniente hacer una abstracción
metodológica y destacar que, a la hora de suprimir la doble circulación monetaria,
hay dos aspectos diferentes a tomar en cuenta. Uno es la unificación de los
signos monetarios como tal, o sea, la supresión del CUC manteniendo el CUP como
única moneda en circulación.
El otro aspecto se refiere a la fijación de la tasa de cambio entre la moneda
que quede en circulación (el CUP) y las divisas extranjeras. En el cálculo del
tipo de cambio, generalmente se toma como pivote al dólar USA. También pudiera
utilizarse el comportamiento de una canasta de varias divisas extranjeras para
fijar el tipo de cambio del CUP.
La supresión del CUC en las personas jurídicas, dejando como única moneda nacional
al CUP, es algo que pudiera aplicarse de manera expedita, sin modificar los
tipos de cambio diferentes que hoy existen en las entidades económicas.
Actualmente, en las personas jurídicas existen múltiples tipos de cambio,
aunque el más común es el de 1CUC = 1CUP. Así el CUP resulta sobrevaluado, pues
1CUC = 1USD y por ende resulta que 1CUP = 1USD. En otros pocos casos se emplea
1CUC = 7CUP; y 1CUC = 10CUP.
Lo más complejo es determinar si después de eliminado el CUC se continúa
con tipos de cambio múltiples o se fija uno solo para todas las unidades involucradas.
En este último caso, habrán entidades beneficiadas y otras perjudicadas. Las
beneficiadas serán las exportadoras, pues sus ingresos se verían incrementados,
ya que reciben divisas extranjeras por sus productos exportados y, al aplicar
el tipo de cambio para convertirlas en CUP, registran en su contabilidad un
monto mayor en esta última moneda. Así, estas empresas verán incrementadas sus
utilidades y su eficiencia, pudiendo incrementar también los salarios de sus
trabajadores. Otro es el caso de las empresas no exportadoras, las cuales
tienen que dedicar más CUP a sus compras en divisas extranjeras, lo que las
haría menos eficientes o, incluso, registrar pérdidas.
En el primer caso, el Estado pudiera aumentarle los impuestos a las utilidades,
para evitar una desmedida obtención de ganancias, generadas solamente por la
aplicación de un tipo de cambio más favorable. En el caso de las empresas con pérdidas, el Estado podría, temporalmente,
inyectarle subsidios para compensar lo desfavorable que les resulta el nuevo
tipo de cambio. En general, la devaluación de una moneda nacional tiende a estimular
las exportaciones y a restringir las importaciones.
Una vez avanzado el proceso unificador en las personas jurídicas y
recogidas sus experiencias, se abordarían las relaciones monetarias de la
población. En la solución de la doble moneda sería deseable que al final del
proceso existiera una sola tasa de cambio del CUP por la divisa extranjera,
tanto en las entidades como en la población. Es muy importante que la tasa de
cambio sea la más adecuada, para evitar el surgimiento de un mercado negro en divisas,
lo cual sería muy perjudicial para la economía cubana en su conjunto y para la
población, sobre todo la de menores ingresos.
Por otra parte, no hay que esperar a que la dualidad monetaria desaparezca para,
entonces, actuar en forma transparente y erradicar la doble moral, la simulación
o cualquier otra forma de engañar a nuestro entorno. La doble circulación
monetaria no puede ser la excusa para realizar ilegalidades e inmoralidades.
Es previsible que, una vez eliminada la doble circulación monetaria y cambiaria,
continúen las tendencias para perpetuar las ilegalidades y la doble moral, las
cuales no dependen solo de la existencia de la doble moneda. Dichas tendencias
deben ser combatidas enérgicamente en el terreno penal y administrativo. A la
par, es imprescindible intensificar la formación política e ideológica de
nuestro pueblo en correspondencia con los objetivos de la sociedad socialista
próspera y sostenible en cuya construcción estamos empeñados.
En todo este proceso es muy importante comprender que la influencia de la base
sobre la superestructura, abordadas más arriba, no se realiza en forma directa
y en una sola dirección. Las relaciones entre la base y la superestructura de
la sociedad han sido objeto de múltiples análisis y teorías. Lo que hay que
destacar aquí es que la superestructura no juega un papel solo pasivo en esta
relación, sino que, en determinados momentos de la historia y en condiciones
concretas, puede tener un papel activo sobre la base. Este papel activo de la
superestructura adquiere especial significación en el proceso de construcción
del socialismo, régimen social que requiere del pueblo una conciencia social
socialista. La pérdida de valores éticos y morales que se reconoce en la
sociedad cubana de hoy, puede revertirse mediante la acción concertada de todos
los factores económicos, financieros, políticos y sociales.
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